No estoy afiliado a ningún partido, a ningún círculo político de cualquier tipo, porque ningún partido ni proclama, ninguna decisión colectiva, podría protegerme del infortuni universal.
¿Tiene uno solo de vuestros líderes un objetivo distinto que el de controlaros o utilizaros para dominar a otros?
¡Pensad! Tengo derecho a exigíroslo, porque sois hombres. ¡Pensad!
Pero no podéis pensar, porque necesitáis estatutos, porque tenéis que elegir administradores, entronar ministros, porque requerís un parlamento, porque no podéis vivir sin gobierno, sin líder.
Cedéis vuestras voces a otros y al querer utilizarlas vosotros mismos ya no disponéis de ellas, os faltan porque las habéis cedido.
¡Pensad! No necesitáis nada más. Permitid, tranquilos y descuidados, que se hunda la economía; nunca me hizo feliz y tampoco os lo hará a vosotros.
Permitid conscientemente que la industria se pudra, o por ella, vosotros os pudriréis. Sobre las ruinas de la industria, allí florece la libertad...
Retrato de un anónimo célebre (2012)
sexto piso
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