en la noche me revuelvo
en este nicho
y paso largas horas oyendo gemir o
ladrar los perros, de la luna
Y paso largas horas enfurecido,
como leche de ubre caliente de
vaca amarilla
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
por qué se pudre mi
alma
por qué se pudren un millón de cadáveres
en esta ciudad
por qué se pudre el mundo
Madrid
versión del poema de Dámaso alonso: Insomnio