Ellos



¿Qué es la felicidad?

La ausencia de miedo

















sábado, 28 de julio de 2012

La oveja negra y otros lunáticos

Gale sostenía que la finalidad principal de la vida humana es la de mirar 
las cosas como si fuese la primera vez que se ven 
(El poeta y los lunáticos; G K Chesterton) 


miércoles, 25 de julio de 2012

El poeta y los lunáticos


segunda sesión de lecturas abiertas en altavoz: El poeta y los lunáticos

mañana, jueves 26, de 21:30 a 1:00; aprox

En el Generador (Equipo Para), c/ el clavel 10, Santa Cruz


se puede ir con libro bajo el brazo o elegir alguno de los que estarán allí

se puede leer ante el micro o sentado en una esquina

se puede ser o dejar que sea otro


martes, 24 de julio de 2012

Trabajos sucios

el mundo no está cuidando de ti,
no hay vuelta atrás,
estás tú solo;
entonces, ¿qué vas a hacer?

Estaré haciendo trabajos sucios, como los hombres del pantano 

viernes, 20 de julio de 2012

¿Qué hora es, conciencia?


Al pronunciar en voz alta la palabra conciencia, le impresionó. Pareció penetrar su mente de forma extraña, y dominar sus pensamientos a partir de aquel momento, sin que tuviera una idea clara y definida de su significado. Si alguien le hubiera preguntadoqué era la conciencia, no habría sabido definirla correctamente y ni siquiera habría logrado explicar su sentido por medio de comparaciones.
Empezó a discutir consigo mismo:
-Desearía saber si la conciencia es capaz de hacerme alguna jugarreta. Asesinar es lo peor que puede hacer un hombre de acuerdo con los libros y con los sermones dichos desde el púlpito; su existencia debía ponerse de manifiesto ahora, pero no ocurre así. De hecho, yo nunca he oído que al verdugo que ha ahorcado a un criminal le moleste la conciencia. Lo único que pasa es que mueven una palanca, la trampa cae y, ¡bang!, el pobre diablo queda colgado por el cuello y ncon los pies al aire. Otras veces y en otros lugares, los celadores presionan un botón y el pobre tipo a quien tienen atado a la silla sufre un choque y se encuentra al diablo en el dintel, esperándolo con una banda de música.
>>Pero yo no me veré en ésas.
>>Los muchachos que mataron a un buen número de heinies durante la guerra cuentan que después  de una matanza a gran escala, la conciencia no les molestaba, ni les producía pesadillas, ni les quitaba el apetito. ¿Conciencia? ¡Bah, mentira, eso no existe! ¿Por qué me voy a estremecer entonces y a sentir malestar en el estómago por haber matado a una rata? Lo único que deseo es que esté bien muerto. De otro modo la conciencia podría saltar e importunarme.
>>Sí, claro que la conciencia existe, sí, y en gran cantidad. Y se deja sentir cuando nos pillan y tenemos que pasar veinte años bajo llave. Nada agradable, desde luego; nos molestará aún más si nos vemos obligados a esperar una larga semana para que Dios tenga por nuestra alma la piedad que se le ha pedido en el momento de ser sentenciados por el juez.
>> Alguien me ha dicho que el tipo a quien uno ha matado suele aparecerse antes de medianoche y producirnos con su presencia un escalofrío desagradable.
>>¿Qué hora es? ¡Uf! Sólo las once y media; todavía falta media hora.
(...)
>>Conciencia, volvió a repetirse. ¡Conciencia! ¡Qué cosas ocurren cuando se cree en su existencia! Empieza a acosarnos y a hacernos ver el infierno. En cambio, no creyendo en ella, ¿qué puede ocurrir? Y yo creo en ella tanto como puedo creer en el infierno. Bueno, ya es hora de dormir, tanto pensar en tonterías acabará por sentarme mal.
El tesoro de Sierra Madre (1927)

miércoles, 18 de julio de 2012

El pintor asesino


(...) No sé lo que estoy diciendo. Quizá debería empezar por el principio. No tengo orden, no tengo concierto. No sé cuál es el principio. No sé el momento en que me convertí en un asesino. He sido muchas cosas en la vida, pero la afición al arte del crimen me llegó a los cincuenta. Antes pensaba en el crimen y temblaba de pánico. (...)

(...) En el homicida sus deseos de muerte surgen junto con sus emociones al servicio de la vida. Del mismo modo, el amor y el odio conviven dentro de nosotros. El homicida forma parte de nuestra humanidad. Es el aspecto frágil y cruel de nuestra conducta el que hace a muchos de nosotros capaces de matar. Existen tres elementos sicológicos entrelazados que nos inclinan al homicidio: frustración, temor y depresión. Todos los criminales se sienten internamente atormentados. Su guerra contra sus entrañas la convierten en guerra contra el prójimo. Son personas atormentadas, atrapadas en el intenso conflicto de sus sentimientos sexuales. La personalidad del asesino es compleja. (...)

El Pintor Asesino

jueves, 5 de julio de 2012

Secretos


Vivo en una calle estrecha de luces amarillas. Con ecos de hombre loco y gruñidos de agonía.
Me asusta tu seguridad, me da miedo. Arranco pelos, fumo, intento respirar y aguanto al otro desquiciado, al verdugo, pero no hay manera. Me siento mal. Vomito.
Tengo ganas de follarte;  no sé si podré.
 De que me folles; no sé si dejaré.
Meter la nariz en todo, eso quiero. Lamerte, gastarte.  
Tengo en el bolsillo la lista de la compra: cervezas, atún y suavizante de la ropa.
Tengo una torre donde miro lo que pasa, ganas de tirarme y un epitafio escrito.
 Soy un animal, no tengo alma: trozo de carne, agua y sangre, me descompongo.
Buitres mudos me vigilan, vuelan en círculos sobre estas letras.
Tengo manchas en la cara.
Tengo las manos pequeñas.
foto: Dr R
texto: JRamallo

domingo, 1 de julio de 2012

Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930


Hablemos de María Ana y de sus axilas sin depilar.
Hablemos también del Destino.
Agustín Espinosa, alcantarillero de sueños adversos.
Agustín Espinosa, coleccionador de azucenas innumerables.
Enamorados de María Ana.
Jinetes de su sexo único.
(...)
Cada centésima, y aun cada milésima de centímetro cuadrado de tus axilas tendrá un recuerdo de mis dientes de aprendiz de mordedor de axilas sin depilar.
 Por tu ejemplo, sólo, niña peluda, volverán a florecer rosas doradas o negras junto a los pechos blancos de las mujeres de mañana.
 Por tu ejemplo, sólo, venderá la casa Gillette, en 1931, diez millones de hojas de afeitar menos, y podremos dialogar sobre las axilas de las girls y de las cocotas.
Tus axilas únicamente, María Ana.

Oda a María Ana, 
primer premio de axilas sin depilar de 1930 
(Extremos a que ha llegado la poesía española, nº1,
 Madrid, marzo de 1931)
Agustín Espinosa (1897 - 1939)