Ellos



¿Qué es la felicidad?

La ausencia de miedo

















martes, 30 de agosto de 2011

Carne fresca


Lo invitó a su casa, lo envenenó, lo cortó en pedazos y durante una semana hizo filetes, croquetas y salchichas con sus restos.

La policía de Mourmarnsk, una localidad ubicada al noroeste de Rusia, arrestó a un joven acusado de haber matado y de haberse comido a un hombre que había contactado en un sitio de internet. (...)

sábado, 27 de agosto de 2011

Autoficción

Todo el mundo sabe que yo solo escribo sobre lo que he vivido. Es lo que digo a los periodistas: por eso me hice marinero mercante, por eso me infiltré en los bajos fondos, por eso durante algún tiempo fui boxeador. Por eso escribí novelas sobre marineros, el lumpen, los boxeadores mediocres. Y por eso, cuando vi a mi mujer sosteniendo mi última novela recien publicada, Infiel, y en la otra mano una escopeta con la que me apuntaba al estómago, supe que tenía problemas.
-Ahora podrás escribir historias de fantasmas- dijo furiosa mientras disparaba.
Y eso hago.

Las historias que escribo
José Antonio Palomares

miércoles, 24 de agosto de 2011

Ciencia, técnica, artilugios y cuentos

Me desperté con la resaca de la discusión de anoche, eran las 7 de la mañana. El fax vacío, el móvil sin mensajes, el ordenador con el salvapantallas, sin correo, el silencio que se apoderaba de las cosas, el presentimiento de la mala suerte, el olor a rancio.
Nadaba entre el tufillo a drama desde el miércoles, las traducciones del checo habían desaparecido de una carpeta que nunca muevo a dios sabe dónde, los mensajes enviados tardaban en salir, los entrantes a veces no se podían leer, pasaba más tiempo cancelando impresiones que si lo hubiese escrito a mano.
Otro amanecer. Miré hacia la cama –sin perder de vista la pantalla-, para contemplarla durmiendo, todavía inocente y desarmada antes de la trifulca del próximo desayuno entre colillas de la madrugada de ayer y los calcetines sucios. La vida es un asco, miraba hipnóticamente entrar información en la pantalla y la inquietud cada vez más real me llevaba al convencimiento de una energía destructora infiltrada a través de adsl por toda La casa, en forma de virus y bacterias, saturando el aire de partículas ofensivas en suspensión, trayendo mugre a la cama, destruyéndolo todo, no sabía nombrar lo que había penetrado en ella y yo, convirtiendo nuestros cuerpos en no compatibles. A través de la ventana se veía sol en el exterior.
Suena el móvil, malas noticias, la traducción de rumano es una porquería que habrá que reelaborar otra vez, la traductora de húngaro se ha fugado con el marido de la directora general de Londres, todo lo que podía haber salido mal ha ocurrido. Cosme me comenta el tamtam del día: recortes de personal. Piénsatelo bien, podemos largarnos antes de que nos echen y formar nuestra propia empresa, y voy y le digo que sí, que puedo aportar el cincuenta por ciento, ya sé que todo es mentira y, sin embargo, me da una sensación muy bonita de seguridad.
Voy a la cocina, entre el montón de platos sucios y vasos con pelusa encuentro una taza aparentemente inocua, aquí podré beber la última sopa de paquete (doce verduras) que hay en la casa. Hace mucho tiempo que ella no va a la compra.
Cuando estoy sorbiendo la sopa sonó u ruido en el ordenador como el gruñidito de un cerdo, y la pantalla se volvió negra. Terror.
Unas horas más tarde, estoy en la cama, pensando, machacándome el cráneo. ¿Cómo me he metido en esto?. Es difícil decir cuál fue el principio, quién tiene la culpa, cómo iba a ganarme la vida si no. Las sábanas tienen un tacto como de mermelada y huelen a podrido, las cortinas de la ventana se mueven, se que hace viento fuera.
Antes de acostarme limpié bastante bien los restos de diarrea del váter y de las paredes del baño, así ella no podrá echarme la bronca por esto, sino por otra cosa. Ni siquiera me apetece pegarme a su piel, su espalda parece un aparador de formica abandonado en la calle. ¿Y si me tocara la bonoloto?. Me iría sí o sí con Cosme a Chichiriviche, varar olas y ver culebrones, eso estaría bien; mientras pasa la película en mi imaginación me pongo los cascos para oir a Jimi Hendrix, after midnight.
Suena el móvil insistentemente al mismo tiempo que el fax, estarán desquiciados preguntándose por qué no estoy currando, traduciendo la mierda eslovaca que me tiran desde el adsl, deben de haber pensado que me he muerto.
Ella se ha levantado, va dando tumbos entre las dos sillas, la mesa, la cesta de la ropa sucia, pisa varios cables enchufados al equipo informático, arrancándolos, pero no voy a levantarme por eso. Me mira muy extrañada, a pesar del sueño y del asco está sorprendida, me mira a los ojos por primera vez desde hace semanas. La veo entrar en el baño, espero un grito que no llega diciendo eres un cabrón, vete de una vez, sólo se oye el ruido de la ducha y después del secador, cuando sale del baño se sienta a mi lado y me dice: te voy a dejar, sin lágrimas, sin gritos, se viste y se va a la inmobiliaria, a trabajar, y yo me quedo aquí, tirado en la cama como un gilipollas, pensando si esta vez será la de verdad. Cojonudo.
Afuera sigue el viento, como se han acabado las sopas de sobre ataco un paquete abierto de pistachos y el resto de pizza de ayer. Sentado frente a la pantalla, mis ojos lloran de miedo y cansancio, levanto el vaso de ginebra con coca cola pero ya no queda nada, me levanto a buscar algo para comer, termino un paquete de galletas Príncipe y me sirvo otra ginebra, me están entrando ganas; voy al baño y ojeo las revistas guarras que escondo en el paragüero, mientras muevo los dedos sobre mi polla calculo mal y echo parte de la leche sobre los cepillos de dientes, en fin, cuando se seque ya nadie se dará cuenta.
Vuelvo al ordenador, al abrir una carpeta veo todos los archivos destruidos, imagino que habrá cientos de backdoors entrando y saliendo, deslizándose arriba y abajo, arrasando información y quemando todo a sus paso de madrugada, mientras yo dormía. Estoy acabado, voy a llamar a Cosme, que avise a los checos que dejo el trabajo, que me largo, es decir que me quedo.
Al girarme para coger el móvil veo en la esquina de la cocina un montón de bolsas de basura apiladas. ¿Cuántos días llevarán allí?. A veces apesta toda la casa y debe ser por eso, quizás pueda camuflarlas en el cuartito que hay detrás del ascensor y así no tengo que bajar hasta la calle, sé que estoy al límite, que ella no va a perdonar esta vez. Ha parado el viento, las horas pasan y soy incapaz de moverme de la cama, tengo hambre pero ya se me pasará, me he tapado con todas las mantas y estoy sudando aquí debajo, en la oscuridad.
Ella vuelve del trabajo, se sienta en la cama y habla de espaldas a mí, de su carrera de biología con especialización en saurios terminada con sobresaliente, de lo aburrida que está de la inmobiliaria, de aquel viaje que hicimos a Tánger cuando éramos pobres de verdad, a comprar artesanía que luego vendimos a los suegros ricachones de Cosme, yo también me acuerdo de cosas, le interrumpo. ¿Sabes que a veces pensaba que era absolutamente imposible vivir sin ti?, me pregunta sobre la posibilidad de dejar el trabajo para dedicarse a terminar el doctorado sobre el comportamiento metabólico de los iguánidos cubanos, yo podría ir a trabajar al cíber de la esquina y tratar de mantener este apartamento mínimamente ordenado y decente, le digo que sí, que todavía nos queda una oportunidad.

En recuerdo de:

Olga Hernández Herrera (1965-2011)

martes, 23 de agosto de 2011

Baboseante veco escritor

-Un libro -dije-. Usted está escribiendo un libro. -Hablé con una golosa muy áspera.- Siempre experimenté la mayor admiración por los que saben escribir libros. -Luego miré la primera hoja, y tenía escrito el nombre, LA NARANJA MECÁNICA, y dije:- Caramba, es un título bastante glupo. ¿Quién oyó hablar jamás de una naranja mecánica? -Seguí leyendo, e iba alzando la golosa, hasta el agudo del tipo predicador: "Para oponerme al intento de imponer al hombre, criatura que crece y puede demostrar bondad, que es capaz de beber el néctar que brota de los labios barbados del Señor, para oponerme al intento de imponer leyes y condiciones sólo apropiadas para una creación mecánica, levanto la acerada pluma..."

(...)

Lerdo se acercó a la débochca, que seguía haciendo crich crich crich, y le sujetó las rucas a la espalda, mientras yo le desgarraba esto y aquello, y los otros largaban los ja ja ja, y vimos que tenía unos buenos grudos joroschós, que exhibían unos glasos sonrosados, oh hermanos míos, entre tanto y tanto yo me sacaba los pantalones y me preparaba para la zambullida. Mientras me zambullía pude slusar los gritos de sufrimiento, y al veco escritor lleno de sangre que Georgie y Pete sostenían y que casi se soltaba, aullando como besuño las palabras más sucias que yo conocía y algunas que él estaba inventando. Después de mí era justo que le tocase el turno al viejo Lerdo, y lo hizo resoplando y jadeando como una bestia, sin que se le moviera un centímetro la máscara de Pebe Shelley, mientras yo sujetaba a la filosa. Después hicimos cambio de parejas, el Lerdo y yo aferramos al baboseante veco escritor, que ya no luchaba casi, y apenas musitaba algún slovo aquí y allá, como si estuviese muy lejos, en el bar donde sirven la lecheplus, y Pete y Georgie tuvieron lo suyo. Luego, todo se serenó, y nosotros estábamos llenos de algo parecido al odio...

La naranja mecánica (Clockwork Orange, 1962)


sábado, 20 de agosto de 2011

La esperanza solo sirve para nombrar a una mujer

Pensar que las cosas van a cambiar en algún momento, es una de esas imágenes que te ayudan a hacer las mismas cosas cada día, cada fin de mes o cada jueves de tu vida.
La esperanza es nuestra maldición, un sentimiento de que todo mejora sin tener que hacer nada. Asimilar que somos unos borregos y siempre ,y digo siempre, lo seremos es más real que vernos como esos seres tan subersivos y sofisticados en perpetuo cambio.
Cuando creces interactuamos con el prójimo sobre experiencias y sentimientos que no paramos de consumir como yonquis, que esperan sentados aventuras que contar y publicitar en cada reunión de balance social, eso sí, con un buen vino del supermercado y unos canapés sacados de una prestigiosa revista de moda.
El buen ciudadano es aquel que paga un montón de mierda, critica lo que está permitido criticar, no le desea el mal a nadie y cree, y aquí está la clave de todo, que todo cambiará a mejor.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Sucias porterías


90’ de guerra civil,
camisas cortas,
banderas.

Muerte fresca bajo tierra,
césped roto,
trincheras.

Caras
torcidas
cansancio:
patadas por respuestas.

90’ de guerra;
muerte fresca
bajo tierra.




martes, 16 de agosto de 2011

Ministro de dios


Devoción absurda por el ministro de dios. Ese tío es humano como yo. Peor, eso sí. Humano y por tanto mentiroso, rastrero y despiadado. Basura en forma de carne para el planeta como el resto de la especie.
Los ricos preparan la chequera para limpiar con diezmos pecados y conciencias. El mayor engaño de la historia se perpetúa en la juventud, temerosa del gran abismo. Niñato, piensa por ti. Yo también tengo miedo pero no soy idiota, piensa por ti.
Agosto, Madrid, cinco días de evangelizador carnaval. Santidad de ricos, tramposos, degenerados, asesinos… Señor, si de verdad me oyes, escucha por una vez mis plegarias: no le perdones sus pecados porque sabe bien lo que hace y acéptalo en tu seno más pronto que tarde.

jueves, 11 de agosto de 2011

Basic input and output system.















Hoy se cae la Tierra, se derrite el sentido común en un océano profundo. Sacas pecho y te mientes.
Te subes a un barco, a su suerte.
En el patio de atrás se tumba la conciencia del que mira de lejos.
Objetivo y bípedo, te subes a un barco, a su mala suerte.
Cuando acabe no habrá historias, no habrá años, ni pistas. No habrá rumores, ni mentiras, ni hostias.
La sangre corre envenenada de locura, maniatada a un corazón que ya es todo plástico, pero qué importa si la maquinaria sigue.
Hoy se cae el infierno de perdedores, sin saber qué cojones importa y si en el fondo algo debe importar. Yo ya con unas cuantas décadas no hago planes, no compro casa ni hablo bien de la felicidad.
¿Qué, a pasarlo bien? Lo dudo, hay una bolsa llena de días rotos y de vieja moral humana por dentro.
Me subo a mi barco, a mi suerte ... grito tristeza y odio al cielo.
Sin victimismo, sin barba ciudadana ni gafas de sol de 0´99 naufrago en puerto.
En el fondo se sigue adelante, no hay excusas. Cuando aprieta la sed los complejos y las exnovias se esfuman burbujeantes , ascendiendo lentamente.
Aquí abajo no busques los ojos de la calle porque la sal te ciega, coge el pulso de la clara oscuridad, el ritmo de la fuerte corriente submarina, no digas nunca que yo soy yo porque morirás ahogado.

martes, 9 de agosto de 2011

Continente idiota


Europa, viejo continente, cuna de la cultura occidental y caldo de cultivo donde brotan latentes las antiguas semillas del racismo visceral. Idiota y estúpida, repitiendo hoy los mismos errores del pasado.


Monumento Zapatos del Danubio
Homenaje a las víctimas del Holocausto
Budapest, Julio 2011

jueves, 4 de agosto de 2011

Sensaciones de hoy

No encuentro palabras de consuelo,
sólo los clichés de costumbre,
las vaguedades y trampas del lenguaje baldío,
desafortunados vocablos.
No hay maquillaje para el suplicio
ni tiempo analgésico que todo lo cura.
Evidencia, dolor, puta realidad...

miércoles, 3 de agosto de 2011

Jesús Exprés


En la ciudad de la hipocresía
conocí a los poetas, enjambre
de moscas, tropas de hormigas,
ansiosos del azúcar y la mierda

La ciudad del arte
(Gijón Exprés, selección de Roger wolfe, 1995)
Jesús Castellano

lunes, 1 de agosto de 2011

Pulgas de Domingo

morgantani

Yo no te intereso y tú me aburres.
No silban balas y sin embargo corremos desencajados por la ciudad.
El dinero es mierda y lamemos sus pies.
Las viejas fotos del salón apestan a pasado, jueces de quien no eres.
Tu madre está loca y no sabe como decírtelo,
le susurras en público y le gritas en privado.
Por la noche incendios en cada casa, cenizas y almas de hollín.
Demente, te ríes cuando miras tu pene flácido.
Hoy es Domingo, dios sigue en una cruz y yo no.