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¿Qué es la felicidad?

La ausencia de miedo

















lunes, 14 de abril de 2008

Kafka, siempre Kafka (El Buitre)

Había un buitre, picándome los pies. Ya había desgarrado las botas y los calcetines, ahora picaba ya la carne de los pies. Siempre picaba, volaba luego inquieto varias veces a mi alrededor y proseguía su trabajo. Pasó un señor por mi lado, miró un rato y preguntó por qué toleraba al buitre.
-Estoy indefenso -le dije-, llegó y comenzó a picar, entonces quise, naturalmente, espantarle, incluso intenté ahogarlo, pero un animal así tiene mucha fuerza; como quería saltarme a la cara, decidí sacrificar mis pies. Ya están prácticamente destrozados.
-No entiendo que se deje atormentar de ese modo, un tiro y el buitre está listo.
-¿Así de fácil? -dije yo-. ¿Podría hacerlo usted?
-Encantado -dijo el señor-, sólo tengo que ir a casa y traer mi escopeta. ¿Puede esperar una media hora?
-No lo sé -dije, y me puse rígido por el dolor-. Pero por favor, inténtelo por todos los medios.
-Bien -dijo el señor-, me daré prisa.

El buitre nos había escuchado durante la conversación, mirándonos sucesivamente a uno y a otro. Entonces me di cuenta de que lo había entendido todo, salió volando, se paró a cierta distancia y se inclinó para tomar impulso, luego introdujo el pico en mi boca como un lancero y me atravesó. Mientras caía hacia atrás, sentí, liberado, cómo se ahogaba sin salvación en mis entrañas, inundado en la sangre que se derramaba a torrentes.
El Buitre, Franz Kafka

1 comentario:

Ana J. dijo...

Qué magnífico final!
Gracias por publicarlo