Ellos



¿Qué es la felicidad?

La ausencia de miedo

















domingo, 6 de julio de 2008

La Foca

Foca fue después, cuando los antojos se hicieron evitables y las posibles patadas llenaban su abdomen y abrían sus piernas. Fue cuando recordó que siempre había querido ser foca, ser gorda y vaga, ser animal a tiempo completo sin dietas, maquillajes e impostura. Sólo tumbarse al sol de la mañana, y al de mediodía, y al de media tarde, y en las noches de verano, con la tripa bien caliente, gemir y gritar pidiendo comida. Foca fue desde siempre pero lo supo después, cuando ya no le importó que su marido mirara a todas y a ella le diera besos muy pequeños en las manos sin mirarla siquiera, cerrando los ojos con un suave “cariño”. Foca, foca se decía con la mano derecha sobre la barriga hinchada, y la izquierda llevando a la boca helados de todos los sabores, ansiedad dulzona. Foca se atrevió a gritarle él aquel día en que su amor se olvidó de mentir…

Foca fue antes y, después, con el bebé en los brazos, dejó de ser todo y también foca. Él no le gritó más y ella recuperó el maquillaje y la impostura.
Foca y feliz fue, y ahora, frente al espejo, las tetas caídas hasta el ombligo y manchas color tierra oscura en la cara. El niño llora en la cuna y el hombre llegará tarde, hoy tiene reunión de trabajo.

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