Bueno, ya está consumada la venganza, y además como le gusta hacerlo al homo sapiens: delante de mucha gente, de muchos gritos.
El magnífico Capuchino ha muerto en una corrida de toros; por asesino, por hijo de puta vaca. ¿Cómo va a dejar el hombre de pelotas apretadas que un toro mate y se quede tan tranquilo? Esto para que aprendan todos los toros del mundo que en España no se juega; bueno, sí se juega, pero con ellos.
¡Españoles!, Capuchino ha muerto... Brindo por ti, Capuchino.
3 comentarios:
¡Olé!
Yo es que estoy en mitad de la teoría y práctica del pesimismo.
Losientoamigo,he vivido cerca de las ventas 27 años y nunca pisé su plaza,nome gusta las injusticias de ningún tipo ni en personas ni animales todos somos seres vivosCon cariño Vicky
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