(...). Y es que el arrepentimiento me sentaría bien, ya que se llora a sí mismo en su propio llanto; el arrepentimiento deja a un lado el dolor y arregla él solo todos los asuntos, como si fueran lances de honor; nosotros nos mantenemos en pie mientras él nos alivia. (...)
Diarios, 1910
Franz Kafka.
1 comentario:
Qué bueno!
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