Ellos



¿Qué es la felicidad?

La ausencia de miedo

















martes, 1 de noviembre de 2011

El don de B Traven



Cándido no sabía ni leer ni escribir. No daba la impresión de ser ni más ni menos inteligente que la mayor parte de sus congéneres. En cambio poseía una facultad más preciosa para la vida corriente que todas las ciencias. Tenía el don natural de discernir lo que podían ocultar las palabras de los hombres y tenía una gran experiencia respecto a sus semejantes y sobre todo respecto a los ladinos. Sabía, sin temor a equivocarse jamás, que si un ladino le ofrecía un peso y él tenía la mala fortuna de aceptarlo, tendría que pagar por lo menos diez (...)

La rebelión de los colgados (1950)

1 comentario:

Riforfo Rex dijo...

Una sabiduría práctica, sí señor.