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La ausencia de miedo

















martes, 7 de junio de 2011

Las Afortunadas Islas Canallas

Semblanza Autobiográfica del Autor:

"Con esta hilarante novela de ficción salteada con retazos de nuestra historia reciente y experiencias personales, conmino a mis paisanos a ejercitar sin acritud el saludable ejercicio de reínos de nosotros mismos, de nuestras constumbres y creencias y de preguntarnos: ¿No podríamos ser mejores? Claro, que consciente de la cabaña porcino-fascista que pasta por estos peñascos mejor me voy dando una mano de pintura ignífuga por si acaso.
A los que sin prejuicios legañen estos borrones con el simple ánimo de pasar un buen rato sólo les pido que dada mi condición de novel matado en estos menesteres no muestren excesiva severidad en su crítica literaria. Al resto que se los folle un perro."

Fagmento del libro:

(...) doña Dolores, mujer de profundas convicciones cristianas, decidió hacer una visita al próximo Convento de Santa Catalina, tétrico garito regido por unas lúgubres grajas denominadas dominicas y que custodian desde hace siglos el cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús, para agradecerle a ésta su intercesión en las dos inesperadas gracias. La supuesta reliquia en realidad fue una monja pintamonas que murió totalmente deshidratada al contraer unas pestes tifoideas en 1731 y la consabida descomposición orgánica. Huelga decir que esta explicación lógica se le escapa a la cretinada más majadera y el populacho menos despierto que achacan tal fenómeno, cómo no, a un milagro del Señor. (...)

Diálogo del libro:

(...) -¿Alguna novedad cabo?
- Nada, anoche trabamos a un golfillo de La Laguna colocado como una mona que había roto la vitrina de la Virgen en el muelle y se había mamado los anillos de la imagen.
- ¿Otro hijoputa de La Laguna? ¡La madre que los parió!, tienen aquello que es la puta anarquía y vienen aquí a jodernos encima...
- Tranquilo jefe que ya le dimos una buena mano de barniz para quitarle las ganas...
- ¿Y los anillos?
- Se los tragó antes de que le echáramos mano... ya los cagará o se los sacaremos con las asaduras por el culo.
- ¿Saben quién es el cabroncete?
- No sé, pero tiene unos apellidos el niño que no le caben en el carnet.
- ¿¡Qué...!? ¡Déjame ver el atestado!
- Aquí lo tiene Jefe...
- ¡Me cago en la cuquita del niño Jesús!... y me dices que le contaron las costillas...
- Pues sí... como siempre...
- ¿Pero ustedes son imbéciles o qué?
Pareciera que el desertor de la platanera no fuera consciente de la realidad social de su propia tierra, en cambio el oficial, aunque español, tenía muy en cuenta el aserto que afirmaba que "En Canarias quien no es hijo de alguien, es hijo de nadie", y aquel tipejo de apellidos tan floridos era evidentemente hijo de alguien con mayúsculas. Aquello significaba problemas. (...)

Islas Canallas

Miguel Díaz Díaz "Zurda"

2 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

Hombre, tiene un tono cínico-lobuno que inquieta. Y como a mí las relaciones zoofílicas me resultan digamos que poco satisfactorias -y lo considero un defecto, que una privación no puede ser nunca una virtud- tendré que echarle un vistazo al libro.

Hosmán A. T. dijo...

Hola Riforfo. A mí me gustó, por visceral y valiente. Hay partes en las que el lenguaje está muy adornado pero me quedo con el fondo.
Saludos.